lunes, 7 de octubre de 2013

Reforma de las universidad publica


LA REFORMA UNIVERSITARIA HASTA NUESTROS DÍAS

Un elemento significativo para el movimiento estudiantil universitario en Latinoamérica durante casi todo el siglo anterior y que cobra plena vigen­cia en nuestros días constituye la REFORMA UNI­VERSITARIA.

A partir de 1918, con el ejemplo de lo sucedido en Córdoba - Argentina, que se erige como la Prime­ra Gran Reforma de la Universidad Pública, se proclaman postulados como el cogobierno de los distintos sectores que conforman el Alma Mater, la gratuidad de la enseñanza, la autonomía, el laicismo; etc.

Pero sin lugar a dudas, permanentes han sido las arremetidas políticas, ideológicas y hasta económicas por parte de las clases dominantes a través de sus partidos políticos, de los gobiernos entreguistas y de ciertos "intelectuales" que actúan como agentes del imperialismo, fundamental­mente norteamericano. Esa acción se ha ejecutado en los últimos tiempos a través del, modelo neoliberal.
Plantean como lo han repetido los organismos crediticios internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y últimamente la Organización Mundial de Comercio FMI y la OMC transformar la educación superior en una mercan­cía, por lo que se eliminaría su carácter de dere­cho de los hombres y mujeres jóvenes que aspira­mos a educarnos.

El neoliberalismo levanta un proyecto de "reforma" que es diferente al que el movimiento estudiantil y los sectores democráticos universitarios plantea­mos para el debate en las distintas casas de estu­dios y la sociedad en general.

El proyecto de "reforma" o modernización del imperialismo norteamericano, de los organismos internacionales y las clases dominantes de nuestro país se resume en los siguientes señala­mientos:
1. Suprimir la autonomía de los Centros de Educación Superior, porque ella constituye una traba significativa para poner a la Universidad al servicio de sus intereses mezquinos puesto que la investigación, ciencia y tecnología y hasta los propios pénsums de estudios serían diseñados por las Cámaras de la Producción y las agencias internacionales en función de los requerimientos del mercado.
2. Asfixiar económicamente a las Universi­dades a través de dos vías: la primera, reduciendo periódicamente el presupuesto que se asigna por parte del Estado a la Educación Superior (incluso eliminan las preasignaciones que la Constitución establece) y la segunda, reteniendo las escasas rentas que pertenecen a la Universidad, pues dan prioridad a la cancelación de "otros compromisos", excepto del sector social.
3. Elevar el costo de la educación con altas matrículas, fondos administrados, tasas, aranceles, cursos, carreras y especializaciones autofinanciadas tanto en pre-grado como post­ grado.
4. Proliferación y fortalecimiento de las universidades particulares con el objeto de quitar­les peso específico a los centros de estudios supe­riores públicos. En la actualidad el Sistema Nacio­nal de Educación Superior cuenta con 25 Universi­dades y Escuelas Politécnicas públicas mientras que son las  universidades tanto autofinancia­das como cofinanciadas privadas.
5. Eliminar el Libre Ingreso a las aulas universitarias, porque según los neoliberales la masificación de la universidad pública determina su precarización en materia de calidad y excelen­cia académica; por esta razón, pretenden instaurar un sistema nacional de ingreso (según la Ley de Educación Superior) con el propósito de estable­cer mecanismos "para escoger a los más aptos" y reinstaurar el examen de ingreso, que constituye una discriminación y eliminación de los estudian­tes pobres, mientras tanto en las universidades particulares no se determina ningún parámetro para el ingreso en ninguna de sus carreras que no sea el dinero.
6. Aplicar la Ley de Educación Superior con distorsiones como la eliminación de las conquistas estudiantiles y de los otros sectores universitarios, suprimir la libertad de pensamiento, expresión y de organización, desarticular los gremios universitarios, establecer conceptos cien­tificistas, tecnocráticos, profesionalizantes que borran el papel humano de la educación; esto último lo ejecutan a través de los postulados del postmodernismo y el constructivismo (corriente ideológica al servicio del neoliberalismo, aplicada en la educación).
7. Convertir a los centros de educación superior en instrumentos de investigación al servi­cio de los grandes empresarios y de las transna­cionales extranjeras, alimentando de esta forma los intereses de las clases dominantes y del impe­rialismo norteamericano.
8. Acondicionar los planes de estudio con los requerimientos del mercado globalizado, con el objeto de capacitar mano de obra barata al servi­cio de los intereses de los empresarios e industria­les privados.
9. Introducir el criterio de evaluación y acreditación "externa" de las carreras y de las propias universidades, lo que quiere decir que una empresa privada "independiente" del quehacer universitario califique a los centros de educación superior bajo los criterios de los organismos inter­nacionales, lo que niega la autonomía como razón de ser de la universidad.
10. Presentar como salida a la deserción estudiantil de las aulas universitarias las carreras técnicas y tecnológicas, lo que no garantiza una educación de verdadera calidad.
11. Eliminar las llamadas carreras "cues­tionables" fundamentalmente las ciencias sociales y humanas y reemplazarlas por aquellas que se subordinan a los contenidos de la internaciona­lización del mercado y de la educación.

Estos puntos constituyen las principales imposicio­nes que el neoliberalismo pretende implantar en las universidades.

Esta concepción niega y es contraria incluso con la concepción que los estudiantes tenemos de la universidad, pues consideramos que esta es una institución que forma parte de la superestructura de la sociedad que tiene cierto grado de "autonomía" (relativa) con respecto a la base económica, es decir con respecto a las leyes que rigen el mercado; pero sin lugar a dudas ese margen de autonomía permite que en medio de una acentuada lucha de clases, las fuerzas democráticas, progresistas, de avanzada, nos planteemos a través de la Reforma Universitaria la posibilidad cierta de caracterizar y hasta de definir a los Centros de Educación Superior como institu­ciones realmente democráticas, altamente científi­cas y humanas, al servicio de los sectores popula­res de nuestro Ecuador.

La propuesta de reforma que presentamos incor­pora los siguientes elementos que los presenta­mos para el más amplio y fructífero debate:
1. Fortalecimiento y defensa de la autonomía de las Universidades tanto académica como administrativa; rechazo a la pretendida "autonomía financiera" pues ella significa la privati­zación de nuestros centros de estudios. La autonomía que los estudiantes levantamos exige la inviolabilidad de los predios del Alma Mater y la direccionalidad legítima y única que los distintos actores y sectores de la comunidad universitaria podamos concretar.
2. Establecer la independencia de la Universidad frente a los sectores empresariales y gubernamentales que actualmente, bajo los designios del imperialismo norteamericano, del BM, FMI Y la OMC, pretenden someter a la univer­sidad a las nuevas condiciones de la globalización y del capital financiero internacional.
3. Proclamar el derecho irrenunciable de la juventud a una educación universitaria científica, de calidad, impartida por instituciones de carácter fiscal y laico; reafirmar la responsabilidad única que el Estado tiene con la educación y la universi­dad, lo que significa romper el carácter mercantil que los gobiernos de turno, las clases dominantes, el imperialismo norteamericano y los organismos internacionales pretenden imprimir a nuestros centros de estudios.
4. Exigir el inmediato cumplimiento de las deudas que el Estado tiene con la Universidad, al tiempo que nos oponemos a las elevaciones de aranceles y contribuciones estudiantiles, presenta­das como políticas de autofinanciación. Buscar el incremento de nuestro presupuesto a través de alternativas como la reforma del Fondo Petrolero FEIREP (que en este momento se destina mayori­tariamente al pago de la deuda externa), la promulgación de una Ley de Compensación a las Universidades, que sumado al irrestricto respeto al FOPEDEUPO, cumpla con la obligación del Estado de aumentar sistemáticamente las rentas universitarias.
5. Cumplimiento e incremento del porcen­taje presupuestario que el Estado debe asignar a las universidades por concepto de investigación, ciencia y tecnología; pues ellas significan herra­mientas para el progreso material del país. Exigen­cia no sólo del 1 % del PGE que según la LES el Estado ecuatoriano debe asignar a las universi­dades, sino del 1 % del PIB que según la UNESO recomienda entregar a los Centros de Educación Superior y sobre cuya resolución el estado ecuatoriano es firmante en la Conferencia Internacional de Educación Superior, realizada en Francia.
6. Garantizar el derecho de los jóvenes, la educación superior, a través de legitimar el Libre Ingreso como política universitaria, para lo cual planteamos el establecimiento del Año Básico como elemento fundamental del Sistema Nacional de Admisión y Nivelación. Las mismas universidades deben garantizar la oferta en la diversificación de carreras y especialidades para el estudiantado universitario.
7. Exigir la inmediata reforma democrática de la Ley de Educación Superior en donde se definan aspectos vitales como el cogobierno en las Universidades y en sus propios estamentos de dirección (CONESUP, AUE, ASUEPPE, CONEA, etc.), capaz que reglamenten la participación en no menos de un 50% del sector estudiantil en los organismos universitarios, además garantizar la participación de los sectores de empleados, trabajadores y docentes como legítimos sujetos dinámicos del Alma Mater. Esa reforma debe reconocer el papel que los componentes de la Universidad Pública han brindado al país, por lo que es necesario defender y ampliar su participación en organismos como el CONESUP, la Asamblea Universitaria, el Consejo Nacional de Acreditación y Evaluación, etc.
8. Respeto a la libertad de pensamiento, de cátedra y de organización de los sectores universitarios, entendiendo que la universidad es el espacio donde las distintas corrientes, escuelas filosóficas y políticas, se expresan.
9. Dinamizar a los centros de educación superior como auténticos instrumentos de inves­tigación, ciencia y tecnología al servicio del desa­rrollo del país, del fortalecimiento del aparato productivo nacional.
10. Definir los planes de estudio de tal manera que junto a la investigación y la ciencia aporten a la producción del conocimiento para construir un proyecto nacional de desarrollo que deslegitime los intereses neocoloniales como el ALCA y el TLC.
11. Establecer el criterio de que son las propias universidades en ejercicio de su autonomía quienes se evalúan y acreditan, para ese cometido deben permanentemente rendir cuentas a la comunidad que es quien valora el papel que estas cumplen, ya que son los sectores de la sociedad quienes ayudan a financiar a través de sus impuestos la enseñanza en las Universi­dades.
12. Promover la participación dinámica de la mujer en las Universidades Públicas, además implementar políticas de equidad de género que reconozcan tanto a hombres como mujeres como sujetos fundamentales en el desarrollo del país.
13. Implementar programas nacionales, regionales e institucionales de capacitación docente de tal manera que las Universidades y sus actores se conviertan en impulsores del desarrollo nacional.
14. Atender prioritariamente al bienestar estudiantil, porque invertir en este concepto deter­mina frutos alentadores para la calidad de la edu­cación y para el desarrollo propio del país.

Nuestra propuesta de reforma se erige sobre las necesidades y exigencias de los sectores popula­res, se compromete con el Ecuador y la Universi­dad de hoy y de mañana, con su desarrollo y el bienestar de las actuales y futuras generaciones.

LA EXTENSION UNIVERSITARIA: “VAMOS A CAMBIAR EL ECUADOR”


Un capítulo aparte dentro de la Reforma Universi­taria caracterizada como democrática, altamente científica y humana y al servicio de los sectores populares de nuestro Ecuador se merece la exten­sión universitaria que nace históricamente a partir de la denominada Democratización de la Edu­cación Superior que a su vez cimenta sus inicios en la LUCHA POR EL LIBRE INGRESO.
Es así que la extensión irrumpe en la universidad cuando ingentes cantidades de hombres y mujeres jóvenes de las barriadas y de los campos de nuestro país logran estudiar en las Universi­dades, lo que posibilitó un debate sobre la necesi­dad de vincular a los Centros de Educación Supe­rior como entes activos en la resolución de los problemas de la sociedad.
Hoy el reto que el país le hace a la Universidad Pública y concretamente a las y los estudiantes universitarios es mayor, justamente cuando se pone en debate el tema de la posible mercan­tilización de los Centros de Educación Superior es cuando los neoliberales desprestigian nuestro accionar afirmando: -lila inutilidad de subsidiar la educación de miles de personas a cambio que el Estado reciba ese peso significativo en lo que corresponde a gasto"-. Es preciso que desvir­tuemos ese discurso levantando nuestra voz y accionar para afirmar que ¡sí es posible cambiar nuestro Ecuador! y que los universitarios podemos jugar un papel protagónico, a través de la exten­sión universitaria, en esa transformación.
Nuestra extensión no es la misma que la del neo­liberalismo, la OMC y la Embajada Norteameri­cana; pues ellos han desfigurado la concepción inicial al interpretar que la Universidad se vincu­laría con la sociedad cuando preste sus servicios extrañamente a los sectores de los grandes empresarios e industriales, pues entienden que en ellos descansa el título de "sociedad civil".
La verdadera extensión es tratar permanente como la Universidad Pública Ecuatoriana se vincula con los distintos sectores tanto públicos como privados, pero priorizando su relación de compromiso con aquellas franjas de desposeídos de los sectores populares.
La extensión universitaria que planteamos se pertrecha con la formación académica y profe­sional de I@s estudiantes, es un proceso que sensibiliza a los extensionistas con la problemática social por lo que no debe ser una práctica forzada, sino consciente y necesaria para que la U haga carne en la sociedad.

Nuestra propuesta de extensión incorpora elemen­tos como:

-        Creación de cooperativas mixtas de producción en el campo, en la artesanía, en la minería, en la pesca, en el pequeño comercio; etc. con financiamiento del Estado y asistencia técnica de las Universi­dades. .
-        Campaña nacional de alfabetización para reducir los altos índices de analfabetismo tanto de niñ@s, jóvenes y adult@s.
-        Programa Nacional de Reforestación de los campos de nuestro Ecuador y que garantice la explotación racional, equitativa y ecológica de los recursos forestales.
-        Esta vinculación se ha de producir a través de diferentes medios que signifiquen para los estudiantes parte de su formación profesional y para la comunidad un servi­cio. Parte integrante de esta relación debe considerarse la difusión cultural y artística de las Universidades.
-        Vinculación con las organizaciones comu­nitarias para que la Universidad aporte con su contingente en la movilización de la colectividad para enfrentar los problemas, necesidades y aspiraciones de la misma.

De este modo, la Extensión Universitaria se consti­tuye una de las tareas claves del movimiento estu­diantil, en el desarrollo de la Reforma Universita­ria.
Los Estudiantes Universitarios estamos comprometidos con la sociedad porque somos parte de ella, no podemos ni debemos evadir la responsabilidad de educar, guiar y colaborar con los pueblos del Ecuador.  

 

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