lunes, 7 de octubre de 2013

Ensayo Sobre La Pelicula "Manos Milagrosas"



MANOS MILAGROSAS

REFLEXION:
Muestra la vida de un medico llamado Ben a través de diferentes etapas de su vida hasta llegar a ser el mejor medico neurocirujano del mundo en pocas palabras en un hombre exitoso, como en toda película nos deja algo para reflexionar, nos hace pensar si en verdad estamos haciendo lo correcto, si somos ejemplo de vida y que tanto podemos mejorar. Si un niño pobre, sometido a la discriminación es capaz de sobrepasar estas adversidades incluyendo la etapa difícil de la adolescencia y llegar a ser tan famoso y exitoso.
Al observar la película nos deja un mensaje de confianza en nosotros mismos que a pesar de nuestras diferencias físicas tendremos la misma capacidad de sobresalir sobre los demás mostrándose con mejor actitud. La película me hizo analizar hasta dónde puede llegar la voluntad humana, desde que tan bajo podríamos estar y hasta que tan alto podemos llegar a estar.
          Al ver la película se puede destacar la enseñanza más importante que para mí sería: “El querer es poder” y como decía la madre  de Ben:” Tu puedes hacer las cosas igual que  ellos, solo que mejor”.
          En conclusión la película es una gran historia donde nos muestra una valiosa lección de vida y nos da a entender que nada es imposible que no hay pretextos para no poder hacer las cosas, que  aun con carencias podemos salir adelante.
          Podemos destacar la fe, los valores que fueron la perseverancia, la constancia, el amor, y lo más importante las ganas de superación.
          También podemos destacar antivalores como el racismo y lo impulsivo que puede llegar a ser una persona.

 En conclusión puedo decir que debemos realizar las cosas con amor y dedicación y lo más importante tener confianza en Dios porque gracias a ello podemos llegar a ser mejores personas, no debemos mirar los problemas que se nos atraviesen sino buscar las posibles  soluciones  para salir a delante, no importa que tan lejos este nuestro propósito sino en hacerlo y llegar a nuestra meta.

Bien Estar, Bien Ser , Bien Conocer.

 Bienestar, Bien Ser y Bien Conocer.
 
 El mal no consiste en el tener como tal, sino en el poseer que no respeta la calidad y la ordenada jerarquía de los bienes que se tienen. Parafraseando, el extraordinario sentido común y tratando de asimilar el pozo de ciencia que nos legó Juan Pablo II, debería ser altamente instructiva una constatación desconcertante de este período más reciente de la historia de Navarra, como parte de una sociedad más amplia: Occidente.

Junto a las miserias del subdesarrollo, que son intolerables, nos encontramos con una especie de superdesarrollo, igualmente inaceptable porque, como el primero, es contrario al bien y a la felicidad auténtica. Parece que tenemos en poco el bien ser frente a un mucho de bienestar, consistente en la excesiva disponibilidad de toda clase de bienes materiales para algunas categorías sociales. Ello facilita una sociedad con algunos hombres esclavos de la posesión y del goce inmediato, sin otro horizonte que la multiplicación o la continua sustitución de los objetos que se poseen por otros todavía más perfectos. Es la llamada civilización del consumo o consumismo, que comporta tantos "desechos y basuras”.

En Navarra, todos somos testigos de algunos tristes efectos de esta ciega sumisión al mero consumo.

En primer término, una forma de materialismo craso, y al mismo tiempo una radical insatisfacción, porque se comprende rápidamente que, ­ si no se está prevenido contra la inundación de mensajes publicitarios y la oferta incesante y tentadora de productos ­ cuanto más se posee más se desea, mientras las aspiraciones más profundas quedan sin satisfacer, y quizás incluso sofocadas. El dato: riesgo de estar promoviendo o aceptar la subcultura de los jóvenes, el hedonismo desenfrenado, la delincuencia, entre otras muchas gracias. Ahí está la situación de inmigrantes en pueblos y ciudades de nuestras Merindades, con la que podemos colaborar ­consciente o inconscientemente-en su catalización hacia el bien o en el mal ­para todos.

La acentuada diferencia, entre el tener y el ser se define: en un tener objetos y bienes que no perfecciona de por sí al sujeto, si no contribuye, a la maduración y enriquecimiento de su ser, a la realización de la vocación humana como tal. La diferencia entre ser y " tener”, no debe transformarse necesariamente en una antinomia. Una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo consiste precisamente en esto: en que son relativamente pocos los que poseen mucho, y muchos los que no poseen casi nada. Es la injusticia de la mala distribución de los bienes y servicios destinados originariamente a todos. Éste es pues el cuadro: están aquéllos ­ los pocos que poseen mucho ­ que no llegan verdaderamente a ser , porque, por una inversión de la jerarquía de los valores, se encuentran impedidos por el culto del tener; y están los otros ­ los muchos que poseen poco o nada ­ los cuales no consiguen realizar su vocación humana fundamental al carecer de los bienes indispensables.

El mal no consiste en el tener como tal, sino en el poseer que no respeta la calidad y la ordenada jerarquía de los bienes que se tienen; de la subordinación de los bienes y de su disponibilidad al ser del hombre y a su verdadera vocación.


Conocer el bien



La mirada vacía y sin rumbo de Carlos se perdía en la oscuridad de la fría noche de sábado. Con un resto de cigarro que había encontrado en la calle, pensó: “¡Llegué al fondo del pozo! Si alguien me hubiese advertido que eso iba a ocurrir conmigo, simplemente me reiría de él; pero ahora, ¿qué quedó de mi?”
Carlos había vivido durante años lo que muchos llaman “sueño”. Libre, sin tener que dar cuentas a nadie, iba y venía por donde quería, a la hora que quería. ¿La iglesia de sus padres? ¿Quién necesitaba del peso de la iglesia para malograr el sueño?, pensaba. La iglesia te ciega; no te permite ver. La Biblia es un libro de fanáticos, y solo sirve para reprimir las ganas de ser feliz.
Pero, ahora el cuadro de felicidad que había dibujado era un garabato, y el sueño se había convertido en una pesadilla.
Una de las armas del enemigo es burlar. El texto de hoy es una prueba de eso. Acusa a Dios de no querer la felicidad de sus hijos; de impedir que sus hijos vean “lo bueno que hay en esta vida”.
Ese tipo de discurso es fuertemente aplaudido por la sociedad moderna, que insiste en probarlo todo, experimentarlo todo; vivirlo todo. Dios es un Dios de opciones, y una de esas opciones es conocer lo malo. Pero, por más que esa manera de pensar parezca “cultura”, conocimiento y aprendizaje, este conocimiento siempre trae frustración y amargura al alma.
Era noche fría de sábado, y Carlos se levantó. Echó el cigarro a la basura, y exclamó: “¡Estoy cansado de conocer el mal! Voy a buscar lo que es bueno”. Las palabras no habían salido de sus labios, cuando el Señor Jesús ya le abrió los brazos y lo recibió.
Tienes un nuevo día delante de ti. Y cada nuevo día trae una nueva oportunidad. No esperes a llegar, como Carlos, al fondo del pozo, para reconocer que necesitas de Jesús. El mal existe, pero no tiene nada de bueno para enseñarte. El bien, por el contrario, es todo un mundo inagotable de conquistas y de aventuras del espíritu. Escoge el bien, y no le hagas caso al enemigo cuando venga y te diga: “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal”.
Plenitud en Cristo de Alejandro Bullón

Las Transformaciones Institucionales de Educación Superior


Transformaciones en la Educación Superior Ecuatoriana: Antecedentes y perspectivas futuras como consecuencias de la nueva constitución política


Resumen


En octubre de 2008, el Ecuador aprobó una nueva Carta Política. En ésta, entre otros tantos asuntos, se fijaron los nuevos lineamientos para el campo de la educación superior. Desde diversos puntos de vista puede decirse que estas nuevas coordenadas marcan un cambio normativo radical respecto al anterior marco jurídico y conllevan, por ende, importantes consecuencias prácticas para este ámbito de acción educativa. En particular, en lo que podría denominarse “recuperación de la dimensión pública de la Educación Superior”. El artículo describe por tanto las transformaciones producidas a nivel jurídico en la educación superior ecuatoriana, los puntos de ruptura con el anterior esquema legal y sus derivaciones para el esfuerzo que se plantea en un futuro más que inmediato- de elaboración de una nueva ley orgánica para el sector. El artículo se organiza en dos grandes partes: la de los antecedentes y aquella que describe el proceso abierto a partir del 2008. En la primera parte, a su vez, se desarrollarán tres apartados: 1) proceso constituyente de 1998; (2) efectos sobre la institucionalidad del sistema de educación superior; e (3) incidencia práctica del contexto jurídico e institucional en relación a los centros de educación superior. En la segunda parte se proponen dos secciones: (4) la nueva Constitución de 2008 y sus implicancias para la educación superior; y (5) principales mudanzas involucradas en el proyecto de ley orgánica para la educación superior. Finalmente, se plantean las conclusiones del artículo (6).
Poder, Políticas y cambio Institucional en la Educación Superior Latinoamericana

La agenda de la nueva generación de reformas universitarias en América Latina que se ha perfilado con la primera «ola de globalización» es producto de la combinación entre relaciones de poder, políticas públicas y cambios institucionales. Agencias gubernamentales y dirigentes universitarios, autoridades públicas y autoridades universitarias, configuraron, en base a la experiencia de los años noventa, un conjunto de arenas de política y de políticas en las que se "tematizan" los asuntos que requieren ser incluidos como parte de la nueva agenda de transformaciones. Si en la década de los noventa, evaluación calidad diversificación, eficiencia, competitividad, se convirtieron en las cuestiones críticas de la agenda, lo que hoy tenemos son preocupaciones en torno a temas como "profundización" de la diferenciación institucional, "internacionalización" de la educación universitaria, "acortamiento" de los ciclos del pregrado, "descentralización" de la gestión institucional. La revolución silenciosa de la educación superior en los años noventa, centrada en la «estratificación», el «financiamiento estable y adecuado», la «competencia», la «flexibilidad» y la vinculación con otros sectores, (Schwartzman, 2000), propició un nuevo escenario para la educación universitaria de la región, donde las rutas de transformaciones sistemáticas e institucionales y los cambios de las políticas y en los paradigmas de políticas, pueden ser vistas no como productos de una relación virtuosa entre intenciones y resultados, diseñados desde las agencias gubernamentales u organismos financieros internacionales, sino como un producto de las relaciones de poder entre los distintos actores de la educación universitaria, cuya configuración en determinadas arenas y campos específicos se expresa en el campo de las políticas públicas. La construcción de un nuevo «modelo» de universidad más acorde con las exigencias de la globalización, o la reforma del sistema de educación superior en su conjunto, no es una cuestión de planificación estratégica, de un «buen» diseño institucional de sus transformaciones, o de nobles intenciones y voluntad política, sino que es una cuestión de poder entendida como la capacidad de emprender acciones por parte de redes políticas y de políticas en el campo de la educación superior, que implica estudiar la "traducción" de cómo el poder se convierte de una relación a una acción colectiva conjunta. (Parsons, 1997).1 

Crecimiento y diferenciación de la educación superior
Tal vez el hecho más significativo de las nuevas tensiones y exigencias que la globalización ha traído consigo en términos de la educación superior es el renovado interés de los gobiernos nacionales y las agencias internacionales en torno a la importancia y utilidad de la formación de las elites científicas, intelectuales y profesionales en la «sociedad mundial». Políticas públicas de crecimiento y diferenciación de los sistemas, asociados a diversos instrumentos de financiamiento con recursos públicos, basados en equemas de evaluación y acreditación de la calidad y la excelencia, han aparecido en la última década en casi todos los países de América Latina. Además, organismos internacionales como la OCDE (1997), el Banco Mundial (1994, 2000) y la Unesco (1995, 1998) han sugerido en los últimos años una revaloración de la importancia de la educación superior para el desarrollo económico y social de los países, luego del intenso periodo de ajuste y reestructuración de las economías de la región, y de los procesos transicionales que en la esfera política llevaron a muchos países del autoritarismo a la democracia.
Diferenciación institucional
En el mismo periodo, se observa una diferenciación muy importante de los establecimientos educativos del sector, tanto en la dimensión de la adscripción en el control de los establecimientos (público/privado), como en lo que se refiere a la complejidad de los mismos (unifuncionales/plurifuncionales). En la primera dimensión, es posible advertir que a las «viejas» tendencias del crecimiento del sector privado en la educación superior observadas desde la década de los sesenta, (Levy, 1995) se sumaron en los años ochenta la diversificación del sector público y del propio sector privado. Ello llevó a que en la década de los noventa los sistemas nacionales de educación superior alcanzaran diversos grados de complejidad institucional en los distintos países. Así, en casos como el de Argentina, aunque el sector público conserva su enorme primacía en la matrícula total del nivel (poco menos del 80% de los estudiantes de educación superior pertenecen a alguna institución pública), el sector privado atiende a estudiantes de la elite económica y política argentina (Krotsch, 1997); en Brasil, el sector privado muestra un incremento espectacular en relación con la población escolar e instituciones, pues para 1990 este atiende a más del 60% del total (Ibid.); en Colombia, el sector privado está compuesto por 156 establecimientos frente a 69 instituciones públicas, que absorben a casi el 70% de la matrícula; (Lucio y Serrano, 1993) en el caso de Chile, se observa un aumento espectacular en el número de instituciones) pero tal incremento es dominado casi exclusivamente por el incremento de instituciones privadas (se crean 268 instituciones en sólo una década); (Cox, 1993) en México, aunque el número total de instituciones privadas aumenta espectacularmente entre 1981 y 1994 (de 112 a 248), su participación en la matrícula total del nivel no rebasa el 30% del mismo. (Acosta, 1995)

Revolución de los paradigmas de conocimiento
Otro conjunto de desafíos para las universidades latinoamericanas tiene que ver con la rápida sustitución de los paradigmas del conocimiento científico y técnico. La «ciencia normal» de la que hablaba Kuhn tiene ciclos cada vez más cortos de duración, dada la expansión geométrica del saber a través de la investigación que se desarrolla dentro y fuera de las universidades tradicionales, públicas y privadas.
La novedad de esta dinámica de amplicación de las fronteras del saber y de sus aplicaciones técnicas radica en que tiende a situarse por «fuera» de las universidades. Aún cuando todavía la mayor parte de las investigaciones en todos los campos de la ciencia se realizan en las universidades, los descubrimientos de «punta» se producen en los espacios de vinculación entre las empresas y centros especializados de investigación en campos específicos de la ciencia y la tecnología. Las actividades de research & development (R&D) ocupan un lugar central en las estrategias de competitividad de las industrias en red de finales del siglo XX, y una fuente importante de financiamiento para la investigación tecnológica y científica de muchas universidades en el mundo. Los Laboratorios Bell, por ejemplo, el brazo científico de la empresa norteamericana Lucent Technologies (antes parte de AT&T), tiene una planta permanente de 4 mil científicos, es decir, dos terceras partes del total de investigadores incorporados al Sistema Nacional de Investigadores de México. Toda la comunicación digital mundial por líneas telefónicas, fibras ópticas y los procesadores de las computadoras personales y de su memoria descansan sobre los fundamentos matemáticos que se establecieron en los Bell Labs hace 58 años
Educación superior y nueva complejidad social
En el campo de la educación superior, la nueva «complejidad social» se manifiesta principalmente en una reestructuración acelerada del mercado laboral, en la expansión y diversificación de la demanda educativa, y en la diferenciación de la estructura del propio sistema de educación superior.
La relación entre oferta de profesionistas y mercado laboral es quizá el lado oscuro y dramático de los efectos de esa nueva complejidad en la educación superior. De un lado, una reestructuración radical del perfil de los puestos de trabajo, que se manifiesta en una segementación entre sectores «modernos» y «tradicionales», entre sectores de «punta» y «atrasados», con requerimientos técnicos y habilidades diversos y cambiantes presiona a las universidades para producir técnicos y profesionistas de calidad, flexibles y «polivalentes». Las nuevas tecnologías empleadas en el mundo de la producción exigen mano de obra altamente calificada y «reciclable» en términos de su capacidad de aprendizaje. Pero esa exigencia no sólo ocurre en el campo de la industria o en áreas de frontera de la medicina o la biotecnología, sino que se traslada rápidamente también a casi todos los campos de los servicios, donde el impacto de la computación y el procesamiento electrónico de la información está cambiando rápidamente el perfil de los empleos tradicionales.5  En estas circunstancias, en los últimos años asistimos a un gigantesco proceso de «reconversión silenciosa» en el mercado laboral, una reconversión particularmente aguda y de efectos perversos en las economías de los países en desarrollo.
Cambios en los paradigmas de políticas
Uno de los indicadores más claros de la globalización en la educación superior en América Latina y el Caribe es el cambio en los paradigmas de las políticas públicas de educación superior. El viejo paradigma desarrollista, en el cual el financiamiento incremental y la autonomía universitaria fueron los ejes de una intervención discreta del Estado en el crecimiento y desarrollo del sistema de educación superior, fue sustituido a lo largo de los años noventa por un paradigma modernizador, donde la evaluación del desempeño, la búsqueda de la calidad y la diferenciación forman parte de un financiamiento público que combina modalidades incrementistas con extraordinarias y selectivas. (Acosta, 1998) En aquél, las universidades crecieron en varios casos (México, Argentina, Colombia) por la vía de la demanda, mientras que en otras (Chile en la época dictatorial, Brasil en la transición autoritarismo-democracia), bajo la conducción de políticas gubernamentales explícitas. Dentro del paradigma modernizador, en la época de las reformas neoliberales en la economía y el comercio, el Estado adquiere paradójicamente, una centralidad indiscutible en las reformas de las políticas de educación superior, impulsando cambios en las fórmulas del financiamiento público, en los procesos de diferenciación de individuos e instituciones, y en la apertura de nuevas opciones públicas y privadas de estudios superiores.
Conclusiones: dos desafíos
En suma, los desafíos de la educación superior en la dinámica de la globalización en América Latina son, por supuesto, complejos y difíciles de interpretar. De un lado, ante la sobrecarga de demandas y expectativas de los gobiernos y las sociedades, y en un contexto de escasez de recursos y políticas débiles o cambiantes, a las instituciones públicas de educación superior se les exige responder con pertinencia, calidad y equidad. Por otro lado, ante la lógica perversa de inercias, simulaciones y rutinas burocráticas que caracterizan grandes zonas de los ambientes institucionales universitarios, tienen que producir, en contextos de libertad académica y uso escrupuloso de los recursos públicos, profesionistas, técnicos y científicos, estudios e investigaciones, que permitan el fortalecimiento de las capacidades locales para entender los misterios y desafíos de una globalización que es, al parecer , irreversible. Ello es parte de un largo proceso de aprendizaje social que debería empezar, en primerísimo lugar, en esas ciudades del intelecto que son, o representan, las propias universidades.
  
 

Reforma de las universidad publica


LA REFORMA UNIVERSITARIA HASTA NUESTROS DÍAS

Un elemento significativo para el movimiento estudiantil universitario en Latinoamérica durante casi todo el siglo anterior y que cobra plena vigen­cia en nuestros días constituye la REFORMA UNI­VERSITARIA.

A partir de 1918, con el ejemplo de lo sucedido en Córdoba - Argentina, que se erige como la Prime­ra Gran Reforma de la Universidad Pública, se proclaman postulados como el cogobierno de los distintos sectores que conforman el Alma Mater, la gratuidad de la enseñanza, la autonomía, el laicismo; etc.

Pero sin lugar a dudas, permanentes han sido las arremetidas políticas, ideológicas y hasta económicas por parte de las clases dominantes a través de sus partidos políticos, de los gobiernos entreguistas y de ciertos "intelectuales" que actúan como agentes del imperialismo, fundamental­mente norteamericano. Esa acción se ha ejecutado en los últimos tiempos a través del, modelo neoliberal.
Plantean como lo han repetido los organismos crediticios internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y últimamente la Organización Mundial de Comercio FMI y la OMC transformar la educación superior en una mercan­cía, por lo que se eliminaría su carácter de dere­cho de los hombres y mujeres jóvenes que aspira­mos a educarnos.

El neoliberalismo levanta un proyecto de "reforma" que es diferente al que el movimiento estudiantil y los sectores democráticos universitarios plantea­mos para el debate en las distintas casas de estu­dios y la sociedad en general.

El proyecto de "reforma" o modernización del imperialismo norteamericano, de los organismos internacionales y las clases dominantes de nuestro país se resume en los siguientes señala­mientos:
1. Suprimir la autonomía de los Centros de Educación Superior, porque ella constituye una traba significativa para poner a la Universidad al servicio de sus intereses mezquinos puesto que la investigación, ciencia y tecnología y hasta los propios pénsums de estudios serían diseñados por las Cámaras de la Producción y las agencias internacionales en función de los requerimientos del mercado.
2. Asfixiar económicamente a las Universi­dades a través de dos vías: la primera, reduciendo periódicamente el presupuesto que se asigna por parte del Estado a la Educación Superior (incluso eliminan las preasignaciones que la Constitución establece) y la segunda, reteniendo las escasas rentas que pertenecen a la Universidad, pues dan prioridad a la cancelación de "otros compromisos", excepto del sector social.
3. Elevar el costo de la educación con altas matrículas, fondos administrados, tasas, aranceles, cursos, carreras y especializaciones autofinanciadas tanto en pre-grado como post­ grado.
4. Proliferación y fortalecimiento de las universidades particulares con el objeto de quitar­les peso específico a los centros de estudios supe­riores públicos. En la actualidad el Sistema Nacio­nal de Educación Superior cuenta con 25 Universi­dades y Escuelas Politécnicas públicas mientras que son las  universidades tanto autofinancia­das como cofinanciadas privadas.
5. Eliminar el Libre Ingreso a las aulas universitarias, porque según los neoliberales la masificación de la universidad pública determina su precarización en materia de calidad y excelen­cia académica; por esta razón, pretenden instaurar un sistema nacional de ingreso (según la Ley de Educación Superior) con el propósito de estable­cer mecanismos "para escoger a los más aptos" y reinstaurar el examen de ingreso, que constituye una discriminación y eliminación de los estudian­tes pobres, mientras tanto en las universidades particulares no se determina ningún parámetro para el ingreso en ninguna de sus carreras que no sea el dinero.
6. Aplicar la Ley de Educación Superior con distorsiones como la eliminación de las conquistas estudiantiles y de los otros sectores universitarios, suprimir la libertad de pensamiento, expresión y de organización, desarticular los gremios universitarios, establecer conceptos cien­tificistas, tecnocráticos, profesionalizantes que borran el papel humano de la educación; esto último lo ejecutan a través de los postulados del postmodernismo y el constructivismo (corriente ideológica al servicio del neoliberalismo, aplicada en la educación).
7. Convertir a los centros de educación superior en instrumentos de investigación al servi­cio de los grandes empresarios y de las transna­cionales extranjeras, alimentando de esta forma los intereses de las clases dominantes y del impe­rialismo norteamericano.
8. Acondicionar los planes de estudio con los requerimientos del mercado globalizado, con el objeto de capacitar mano de obra barata al servi­cio de los intereses de los empresarios e industria­les privados.
9. Introducir el criterio de evaluación y acreditación "externa" de las carreras y de las propias universidades, lo que quiere decir que una empresa privada "independiente" del quehacer universitario califique a los centros de educación superior bajo los criterios de los organismos inter­nacionales, lo que niega la autonomía como razón de ser de la universidad.
10. Presentar como salida a la deserción estudiantil de las aulas universitarias las carreras técnicas y tecnológicas, lo que no garantiza una educación de verdadera calidad.
11. Eliminar las llamadas carreras "cues­tionables" fundamentalmente las ciencias sociales y humanas y reemplazarlas por aquellas que se subordinan a los contenidos de la internaciona­lización del mercado y de la educación.

Estos puntos constituyen las principales imposicio­nes que el neoliberalismo pretende implantar en las universidades.

Esta concepción niega y es contraria incluso con la concepción que los estudiantes tenemos de la universidad, pues consideramos que esta es una institución que forma parte de la superestructura de la sociedad que tiene cierto grado de "autonomía" (relativa) con respecto a la base económica, es decir con respecto a las leyes que rigen el mercado; pero sin lugar a dudas ese margen de autonomía permite que en medio de una acentuada lucha de clases, las fuerzas democráticas, progresistas, de avanzada, nos planteemos a través de la Reforma Universitaria la posibilidad cierta de caracterizar y hasta de definir a los Centros de Educación Superior como institu­ciones realmente democráticas, altamente científi­cas y humanas, al servicio de los sectores popula­res de nuestro Ecuador.

La propuesta de reforma que presentamos incor­pora los siguientes elementos que los presenta­mos para el más amplio y fructífero debate:
1. Fortalecimiento y defensa de la autonomía de las Universidades tanto académica como administrativa; rechazo a la pretendida "autonomía financiera" pues ella significa la privati­zación de nuestros centros de estudios. La autonomía que los estudiantes levantamos exige la inviolabilidad de los predios del Alma Mater y la direccionalidad legítima y única que los distintos actores y sectores de la comunidad universitaria podamos concretar.
2. Establecer la independencia de la Universidad frente a los sectores empresariales y gubernamentales que actualmente, bajo los designios del imperialismo norteamericano, del BM, FMI Y la OMC, pretenden someter a la univer­sidad a las nuevas condiciones de la globalización y del capital financiero internacional.
3. Proclamar el derecho irrenunciable de la juventud a una educación universitaria científica, de calidad, impartida por instituciones de carácter fiscal y laico; reafirmar la responsabilidad única que el Estado tiene con la educación y la universi­dad, lo que significa romper el carácter mercantil que los gobiernos de turno, las clases dominantes, el imperialismo norteamericano y los organismos internacionales pretenden imprimir a nuestros centros de estudios.
4. Exigir el inmediato cumplimiento de las deudas que el Estado tiene con la Universidad, al tiempo que nos oponemos a las elevaciones de aranceles y contribuciones estudiantiles, presenta­das como políticas de autofinanciación. Buscar el incremento de nuestro presupuesto a través de alternativas como la reforma del Fondo Petrolero FEIREP (que en este momento se destina mayori­tariamente al pago de la deuda externa), la promulgación de una Ley de Compensación a las Universidades, que sumado al irrestricto respeto al FOPEDEUPO, cumpla con la obligación del Estado de aumentar sistemáticamente las rentas universitarias.
5. Cumplimiento e incremento del porcen­taje presupuestario que el Estado debe asignar a las universidades por concepto de investigación, ciencia y tecnología; pues ellas significan herra­mientas para el progreso material del país. Exigen­cia no sólo del 1 % del PGE que según la LES el Estado ecuatoriano debe asignar a las universi­dades, sino del 1 % del PIB que según la UNESO recomienda entregar a los Centros de Educación Superior y sobre cuya resolución el estado ecuatoriano es firmante en la Conferencia Internacional de Educación Superior, realizada en Francia.
6. Garantizar el derecho de los jóvenes, la educación superior, a través de legitimar el Libre Ingreso como política universitaria, para lo cual planteamos el establecimiento del Año Básico como elemento fundamental del Sistema Nacional de Admisión y Nivelación. Las mismas universidades deben garantizar la oferta en la diversificación de carreras y especialidades para el estudiantado universitario.
7. Exigir la inmediata reforma democrática de la Ley de Educación Superior en donde se definan aspectos vitales como el cogobierno en las Universidades y en sus propios estamentos de dirección (CONESUP, AUE, ASUEPPE, CONEA, etc.), capaz que reglamenten la participación en no menos de un 50% del sector estudiantil en los organismos universitarios, además garantizar la participación de los sectores de empleados, trabajadores y docentes como legítimos sujetos dinámicos del Alma Mater. Esa reforma debe reconocer el papel que los componentes de la Universidad Pública han brindado al país, por lo que es necesario defender y ampliar su participación en organismos como el CONESUP, la Asamblea Universitaria, el Consejo Nacional de Acreditación y Evaluación, etc.
8. Respeto a la libertad de pensamiento, de cátedra y de organización de los sectores universitarios, entendiendo que la universidad es el espacio donde las distintas corrientes, escuelas filosóficas y políticas, se expresan.
9. Dinamizar a los centros de educación superior como auténticos instrumentos de inves­tigación, ciencia y tecnología al servicio del desa­rrollo del país, del fortalecimiento del aparato productivo nacional.
10. Definir los planes de estudio de tal manera que junto a la investigación y la ciencia aporten a la producción del conocimiento para construir un proyecto nacional de desarrollo que deslegitime los intereses neocoloniales como el ALCA y el TLC.
11. Establecer el criterio de que son las propias universidades en ejercicio de su autonomía quienes se evalúan y acreditan, para ese cometido deben permanentemente rendir cuentas a la comunidad que es quien valora el papel que estas cumplen, ya que son los sectores de la sociedad quienes ayudan a financiar a través de sus impuestos la enseñanza en las Universi­dades.
12. Promover la participación dinámica de la mujer en las Universidades Públicas, además implementar políticas de equidad de género que reconozcan tanto a hombres como mujeres como sujetos fundamentales en el desarrollo del país.
13. Implementar programas nacionales, regionales e institucionales de capacitación docente de tal manera que las Universidades y sus actores se conviertan en impulsores del desarrollo nacional.
14. Atender prioritariamente al bienestar estudiantil, porque invertir en este concepto deter­mina frutos alentadores para la calidad de la edu­cación y para el desarrollo propio del país.

Nuestra propuesta de reforma se erige sobre las necesidades y exigencias de los sectores popula­res, se compromete con el Ecuador y la Universi­dad de hoy y de mañana, con su desarrollo y el bienestar de las actuales y futuras generaciones.

LA EXTENSION UNIVERSITARIA: “VAMOS A CAMBIAR EL ECUADOR”


Un capítulo aparte dentro de la Reforma Universi­taria caracterizada como democrática, altamente científica y humana y al servicio de los sectores populares de nuestro Ecuador se merece la exten­sión universitaria que nace históricamente a partir de la denominada Democratización de la Edu­cación Superior que a su vez cimenta sus inicios en la LUCHA POR EL LIBRE INGRESO.
Es así que la extensión irrumpe en la universidad cuando ingentes cantidades de hombres y mujeres jóvenes de las barriadas y de los campos de nuestro país logran estudiar en las Universi­dades, lo que posibilitó un debate sobre la necesi­dad de vincular a los Centros de Educación Supe­rior como entes activos en la resolución de los problemas de la sociedad.
Hoy el reto que el país le hace a la Universidad Pública y concretamente a las y los estudiantes universitarios es mayor, justamente cuando se pone en debate el tema de la posible mercan­tilización de los Centros de Educación Superior es cuando los neoliberales desprestigian nuestro accionar afirmando: -lila inutilidad de subsidiar la educación de miles de personas a cambio que el Estado reciba ese peso significativo en lo que corresponde a gasto"-. Es preciso que desvir­tuemos ese discurso levantando nuestra voz y accionar para afirmar que ¡sí es posible cambiar nuestro Ecuador! y que los universitarios podemos jugar un papel protagónico, a través de la exten­sión universitaria, en esa transformación.
Nuestra extensión no es la misma que la del neo­liberalismo, la OMC y la Embajada Norteameri­cana; pues ellos han desfigurado la concepción inicial al interpretar que la Universidad se vincu­laría con la sociedad cuando preste sus servicios extrañamente a los sectores de los grandes empresarios e industriales, pues entienden que en ellos descansa el título de "sociedad civil".
La verdadera extensión es tratar permanente como la Universidad Pública Ecuatoriana se vincula con los distintos sectores tanto públicos como privados, pero priorizando su relación de compromiso con aquellas franjas de desposeídos de los sectores populares.
La extensión universitaria que planteamos se pertrecha con la formación académica y profe­sional de I@s estudiantes, es un proceso que sensibiliza a los extensionistas con la problemática social por lo que no debe ser una práctica forzada, sino consciente y necesaria para que la U haga carne en la sociedad.

Nuestra propuesta de extensión incorpora elemen­tos como:

-        Creación de cooperativas mixtas de producción en el campo, en la artesanía, en la minería, en la pesca, en el pequeño comercio; etc. con financiamiento del Estado y asistencia técnica de las Universi­dades. .
-        Campaña nacional de alfabetización para reducir los altos índices de analfabetismo tanto de niñ@s, jóvenes y adult@s.
-        Programa Nacional de Reforestación de los campos de nuestro Ecuador y que garantice la explotación racional, equitativa y ecológica de los recursos forestales.
-        Esta vinculación se ha de producir a través de diferentes medios que signifiquen para los estudiantes parte de su formación profesional y para la comunidad un servi­cio. Parte integrante de esta relación debe considerarse la difusión cultural y artística de las Universidades.
-        Vinculación con las organizaciones comu­nitarias para que la Universidad aporte con su contingente en la movilización de la colectividad para enfrentar los problemas, necesidades y aspiraciones de la misma.

De este modo, la Extensión Universitaria se consti­tuye una de las tareas claves del movimiento estu­diantil, en el desarrollo de la Reforma Universita­ria.
Los Estudiantes Universitarios estamos comprometidos con la sociedad porque somos parte de ella, no podemos ni debemos evadir la responsabilidad de educar, guiar y colaborar con los pueblos del Ecuador.