Muestra la vida
de un medico llamado Ben a través de diferentes etapas de su vida hasta llegar
a ser el mejor medico neurocirujano del mundo en pocas palabras en un hombre
exitoso, como en toda película nos deja algo para reflexionar, nos hace pensar
si en verdad estamos haciendo lo correcto, si somos ejemplo de vida y que tanto
podemos mejorar. Si un niño pobre, sometido a la discriminación es capaz de
sobrepasar estas adversidades incluyendo la etapa difícil de la adolescencia y
llegar a ser tan famoso y exitoso.
Al observar la
película nos deja un mensaje de confianza en nosotros mismos que a pesar de
nuestras diferencias físicas tendremos la misma capacidad de sobresalir sobre
los demás mostrándose con mejor actitud. La película me hizo analizar hasta
dónde puede llegar la voluntad humana, desde que tan bajo podríamos estar y
hasta que tan alto podemos llegar a estar.
•Al ver la película se puede destacar
la enseñanza más importante que para mí sería: “El querer es poder” y como
decía la madrede Ben:” Tu puedes hacer
las cosas igual queellos, solo que
mejor”.
•En conclusión la película es una gran
historia donde nos muestra una valiosa lección de vida y nos da a entender que
nada es imposible que no hay pretextos para no poder hacer las cosas, queaun con carencias podemos salir adelante.
•Podemos destacar la fe, los valores
que fueron la perseverancia, la constancia, el amor, y lo más importante las
ganas de superación.
•También podemos destacar antivalores
como el racismo y lo impulsivo que puede llegar a ser una persona.
En conclusión puedo decir que debemos realizar
las cosas con amor y dedicación y lo más importante tener confianza en Dios
porque gracias a ello podemos llegar a ser mejores personas, no debemos mirar
los problemas que se nos atraviesen sino buscar las posiblessolucionespara salir a delante, no importa que tan lejos este nuestro propósito
sino en hacerlo y llegar a nuestra meta.
El mal no consiste en el tener como tal, sino en
el poseer que no respeta la calidad y la ordenada jerarquía de los
bienes que se tienen. Parafraseando, el extraordinario sentido común y tratando de asimilar el
pozo de ciencia que nos legó Juan Pablo II, debería
ser altamente instructiva una constatación desconcertante de este período más
reciente de la historia de Navarra, como parte de una
sociedad más amplia: Occidente.
Junto a las miserias del subdesarrollo, que
son intolerables, nos encontramos con una especie de superdesarrollo, igualmente
inaceptable porque, como el primero, es contrario al bien y
a la felicidad auténtica. Parece que tenemos en poco el
bien ser frente a un mucho de bienestar, consistente en
la excesiva disponibilidad de toda clase de bienes materiales para
algunas categorías sociales. Ello facilita una sociedad con algunos hombres
esclavos de la posesión y del goce inmediato, sin otro
horizonte que la multiplicación o la continua sustitución de los
objetos que se poseen por otros todavía más perfectos. Es
la llamada civilización del consumo o consumismo, que comporta tantos
"desechos y basuras”.
En Navarra, todos somos testigos de algunos
tristes efectos de esta ciega sumisión al mero consumo.
En primer
término, una forma de materialismo craso, y al mismo tiempo
una radical insatisfacción, porque se comprende rápidamente que, si
no se está prevenido contra la inundación de mensajes publicitarios
y la oferta incesante y tentadora de productos cuanto
más se posee más se desea, mientras las aspiraciones más
profundas quedan sin satisfacer, y quizás incluso sofocadas. El dato:
riesgo de estar promoviendo o aceptar la subcultura de los
jóvenes, el hedonismo desenfrenado, la delincuencia, entre otras muchas gracias.
Ahí está la situación de inmigrantes en pueblos y ciudades
de nuestras Merindades, con la que podemos colaborar consciente o
inconscientemente-en su catalización hacia el bien o en el mal
para todos.
La acentuada diferencia, entre el tener y el ser
se define: en un tener objetos y bienes que no
perfecciona de por sí al sujeto, si no contribuye, a
la maduración y enriquecimiento de su ser, a la realización
de la vocación humana como tal. La diferencia entre ser
y " tener”, no debe transformarse necesariamente en una antinomia.
Una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo consiste precisamente
en esto: en que son relativamente pocos los que poseen
mucho, y muchos los que no poseen casi nada. Es
la injusticia de la mala distribución de los bienes y
servicios destinados originariamente a todos. Éste es pues el cuadro:
están aquéllos los pocos que poseen mucho que
no llegan verdaderamente a ser , porque, por una inversión
de la jerarquía de los valores, se encuentran impedidos por
el culto del tener; y están los otros los
muchos que poseen poco o nada los cuales no
consiguen realizar su vocación humana fundamental al carecer de los
bienes indispensables.
El mal no consiste en el tener como tal,
sino en el poseer que no respeta la calidad y
la ordenada jerarquía de los bienes que se tienen; de
la subordinación de los bienes y de su disponibilidad al
ser del hombre y a su verdadera vocación.
Conocer el bien
La mirada vacía y sin rumbo de Carlos se perdía en la oscuridad de la
fría noche de sábado. Con un resto de cigarro que había encontrado en
la calle, pensó: “¡Llegué al fondo del pozo! Si alguien me hubiese
advertido que eso iba a ocurrir conmigo, simplemente me reiría de él;
pero ahora, ¿qué quedó de mi?”
Carlos
había vivido durante años lo que muchos llaman “sueño”. Libre, sin tener
que dar cuentas a nadie, iba y venía por donde quería, a la hora que
quería. ¿La iglesia de sus padres? ¿Quién necesitaba del peso de la
iglesia para malograr el sueño?, pensaba. La iglesia te ciega; no te
permite ver. La Biblia es un libro de fanáticos, y solo sirve para
reprimir las ganas de ser feliz.
Pero, ahora el cuadro de felicidad que había dibujado era un garabato, y el sueño se había convertido en una pesadilla.
Una
de las armas del enemigo es burlar. El texto de hoy es una prueba de
eso. Acusa a Dios de no querer la felicidad de sus hijos; de impedir que
sus hijos vean “lo bueno que hay en esta vida”.
Ese tipo de
discurso es fuertemente aplaudido por la sociedad moderna, que insiste
en probarlo todo, experimentarlo todo; vivirlo todo. Dios es un Dios de
opciones, y una de esas opciones es conocer lo malo. Pero, por más que
esa manera de pensar parezca “cultura”, conocimiento y aprendizaje, este
conocimiento siempre trae frustración y amargura al alma.
Era
noche fría de sábado, y Carlos se levantó. Echó el cigarro a la basura, y
exclamó: “¡Estoy cansado de conocer el mal! Voy a buscar lo que es
bueno”. Las palabras no habían salido de sus labios, cuando el Señor
Jesús ya le abrió los brazos y lo recibió.
Tienes un nuevo día
delante de ti. Y cada nuevo día trae una nueva oportunidad. No esperes a
llegar, como Carlos, al fondo del pozo, para reconocer que necesitas de
Jesús. El mal existe, pero no tiene nada de bueno para enseñarte. El
bien, por el contrario, es todo un mundo inagotable de conquistas y de
aventuras del espíritu. Escoge el bien, y no le hagas caso al enemigo
cuando venga y te diga: “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese
árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores
del bien y del mal”. Plenitud en Cristo de Alejandro Bullón
Transformaciones en la Educación Superior Ecuatoriana: Antecedentes y perspectivas futuras como consecuencias de la nueva constitución política
Resumen
En octubre de 2008, el Ecuador aprobó una nueva Carta Política. En ésta, entre otros tantos asuntos, se fijaron los nuevos lineamientos para el campo de la educación superior.
Desde diversos puntos de vista puede decirse que estas nuevas
coordenadas marcan un cambio normativo radical respecto al anterior
marco jurídico y conllevan, por ende, importantes consecuencias prácticas para este ámbito de acción educativa. En particular, en lo que podría denominarse “recuperación de la dimensión pública de la Educación Superior”. El artículo describe por tanto las transformaciones producidas a nivel jurídico en la educación superior ecuatoriana,
los puntos de ruptura con el anterior esquema legal y sus derivaciones
para el esfuerzo que se plantea en un futuro más que inmediato- de elaboración de una nueva ley orgánica para el sector. El artículo se organiza en dos grandes partes: la de los antecedentes y aquella que describe el proceso abierto a partir del 2008. En la primera parte, a su vez, se desarrollarán tres apartados: 1) proceso constituyente de 1998; (2) efectos sobre la institucionalidad del sistema de educación superior; e (3) incidencia práctica del contexto jurídico e institucional en relación a los centros de educación superior. En la segunda parte se proponen dos secciones: (4) la nueva Constitución de 2008 y sus implicancias para la educación superior; y (5) principales mudanzas involucradas en el proyecto de ley orgánica para la educación superior. Finalmente, se plantean las conclusiones del artículo (6).
Poder, Políticas y cambio Institucional en la Educación Superior
Latinoamericana
La agenda de la nueva generación de reformas
universitarias en América Latina que se ha perfilado con la primera «ola de
globalización» es producto de la combinación entre relaciones de poder,
políticas públicas y cambios institucionales. Agencias gubernamentales y
dirigentes universitarios, autoridades públicas y autoridades universitarias,
configuraron, en base a la experiencia de los años noventa, un conjunto de
arenas de política y de políticas en las que se "tematizan" los
asuntos que requieren ser incluidos como parte de la nueva agenda de
transformaciones. Si en la década de los noventa, evaluación calidad
diversificación, eficiencia, competitividad, se convirtieron en las cuestiones
críticas de la agenda, lo que hoy tenemos son preocupaciones en torno a temas
como "profundización" de la diferenciación institucional,
"internacionalización" de la educación universitaria,
"acortamiento" de los ciclos del pregrado,
"descentralización" de la gestión institucional. La revolución
silenciosa de la educación superior en los años noventa, centrada en la
«estratificación», el «financiamiento estable y adecuado», la
«competencia», la «flexibilidad» y la vinculación con otros sectores, (Schwartzman,
2000), propició un nuevo escenario para la educación universitaria de la
región, donde las rutas de transformaciones sistemáticas e institucionales y
los cambios de las políticas y en los paradigmas de políticas, pueden ser
vistas no como productos de una relación virtuosa entre intenciones y
resultados, diseñados desde las agencias gubernamentales u organismos
financieros internacionales, sino como un producto de las relaciones de poder
entre los distintos actores de la educación universitaria, cuya configuración
en determinadas arenas y campos específicos se expresa en el campo de las
políticas públicas. La construcción de un nuevo «modelo» de universidad
más acorde con las exigencias de la globalización, o la reforma del sistema de
educación superior en su conjunto, no es una cuestión de planificación
estratégica, de un «buen» diseño institucional de sus transformaciones, o de
nobles intenciones y voluntad política, sino que es una cuestión de poder
entendida como la capacidad de emprender acciones por parte de redes políticas
y de políticas en el campo de la educación superior, que implica estudiar la
"traducción" de cómo el poder se convierte de una relación a una
acción colectiva conjunta. (Parsons, 1997).1
Crecimiento y diferenciación de la educación superior
Tal vez el hecho más significativo de las nuevas tensiones y
exigencias que la globalización ha traído consigo en términos de la
educación superior es el renovado interés de los gobiernos nacionales y las
agencias internacionales en torno a la importancia y utilidad de la formación
de las elites científicas, intelectuales y profesionales en la «sociedad
mundial». Políticas públicas de crecimiento y diferenciación de los
sistemas, asociados a diversos instrumentos de financiamiento con recursos
públicos, basados en equemas de evaluación y acreditación de la calidad y la
excelencia, han aparecido en la última década en casi todos los países de
América Latina. Además, organismos internacionales como la OCDE (1997), el
Banco Mundial (1994, 2000) y la Unesco (1995, 1998) han sugerido en los últimos
años una revaloración de la importancia de la educación superior para el
desarrollo económico y social de los países, luego del intenso periodo de
ajuste y reestructuración de las economías de la región, y de los procesos
transicionales que en la esfera política llevaron a muchos países del
autoritarismo a la democracia.
Diferenciación institucional
En el mismo periodo, se observa una diferenciación muy
importante de los establecimientos educativos del sector, tanto en la dimensión
de la adscripción en el control de los establecimientos (público/privado),
como en lo que se refiere a la complejidad de los mismos (unifuncionales/plurifuncionales).
En la primera dimensión, es posible advertir que a las «viejas» tendencias
del crecimiento del sector privado en la educación superior observadas desde la
década de los sesenta, (Levy, 1995) se sumaron en los años ochenta la
diversificación del sector público y del propio sector privado. Ello llevó a
que en la década de los noventa los sistemas nacionales de educación superior
alcanzaran diversos grados de complejidad institucional en los distintos
países. Así, en casos como el de Argentina, aunque el sector público conserva
su enorme primacía en la matrícula total del nivel (poco menos del 80% de los
estudiantes de educación superior pertenecen a alguna institución pública),
el sector privado atiende a estudiantes de la elite económica y política
argentina (Krotsch, 1997); en Brasil, el sector privado muestra un incremento
espectacular en relación con la población escolar e instituciones, pues para
1990 este atiende a más del 60% del total (Ibid.); en Colombia, el sector
privado está compuesto por 156 establecimientos frente a 69 instituciones
públicas, que absorben a casi el 70% de la matrícula; (Lucio y Serrano, 1993)
en el caso de Chile, se observa un aumento espectacular en el número de
instituciones) pero tal incremento es dominado casi exclusivamente por el
incremento de instituciones privadas (se crean 268 instituciones en sólo una
década); (Cox, 1993) en México, aunque el número total de instituciones
privadas aumenta espectacularmente entre 1981 y 1994 (de 112 a 248), su
participación en la matrícula total del nivel no rebasa el 30% del mismo.
(Acosta, 1995)
Revolución de los paradigmas de conocimiento
Otro conjunto de desafíos para las universidades
latinoamericanas tiene que ver con la rápida sustitución de los paradigmas del
conocimiento científico y técnico. La «ciencia normal» de la que hablaba
Kuhn tiene ciclos cada vez más cortos de duración, dada la expansión
geométrica del saber a través de la investigación que se desarrolla dentro y
fuera de las universidades tradicionales, públicas y privadas.
La novedad de esta dinámica de amplicación de las fronteras
del saber y de sus aplicaciones técnicas radica en que tiende a situarse por
«fuera» de las universidades. Aún cuando todavía la mayor parte de las
investigaciones en todos los campos de la ciencia se realizan en las
universidades, los descubrimientos de «punta» se producen en los espacios de
vinculación entre las empresas y centros especializados de investigación en
campos específicos de la ciencia y la tecnología. Las actividades de research
& development (R&D) ocupan un lugar central en las estrategias de
competitividad de las industrias en red de finales del siglo XX, y una fuente
importante de financiamiento para la investigación tecnológica y científica
de muchas universidades en el mundo. Los Laboratorios Bell, por ejemplo, el
brazo científico de la empresa norteamericana Lucent Technologies (antes parte
de AT&T), tiene una planta permanente de 4 mil científicos, es
decir, dos terceras partes del total de investigadores incorporados al Sistema
Nacional de Investigadores de México. Toda la comunicación digital mundial por
líneas telefónicas, fibras ópticas y los procesadores de las computadoras
personales y de su memoria descansan sobre los fundamentos matemáticos que se
establecieron en los Bell Labs hace 58 años
Educación superior y nueva complejidad social
En el campo de la educación superior, la nueva «complejidad
social» se manifiesta principalmente en una reestructuración acelerada del
mercado laboral, en la expansión y diversificación de la demanda educativa, y
en la diferenciación de la estructura del propio sistema de educación
superior.
La relación entre oferta de profesionistas y mercado laboral
es quizá el lado oscuro y dramático de los efectos de esa nueva complejidad en
la educación superior. De un lado, una reestructuración radical del perfil de
los puestos de trabajo, que se manifiesta en una segementación entre sectores
«modernos» y «tradicionales», entre sectores de «punta» y «atrasados»,
con requerimientos técnicos y habilidades diversos y cambiantes presiona a las
universidades para producir técnicos y profesionistas de calidad, flexibles y
«polivalentes». Las nuevas tecnologías empleadas en el mundo de la
producción exigen mano de obra altamente calificada y «reciclable» en
términos de su capacidad de aprendizaje. Pero esa exigencia no sólo ocurre en
el campo de la industria o en áreas de frontera de la medicina o la
biotecnología, sino que se traslada rápidamente también a casi todos los
campos de los servicios, donde el impacto de la computación y el procesamiento
electrónico de la información está cambiando rápidamente el perfil de los
empleos tradicionales.5
En estas circunstancias, en los últimos años asistimos a un gigantesco proceso
de «reconversión silenciosa» en el mercado laboral, una reconversión
particularmente aguda y de efectos perversos en las economías de los países en
desarrollo.
Cambios en los paradigmas de políticas
Uno de los indicadores más claros de la globalización en la
educación superior en América Latina y el Caribe es el cambio en los
paradigmas de las políticas públicas de educación superior. El viejo
paradigma desarrollista, en el cual el financiamiento incremental y la
autonomía universitaria fueron los ejes de una intervención discreta del
Estado en el crecimiento y desarrollo del sistema de educación superior, fue
sustituido a lo largo de los años noventa por un paradigma modernizador, donde
la evaluación del desempeño, la búsqueda de la calidad y la diferenciación
forman parte de un financiamiento público que combina modalidades
incrementistas con extraordinarias y selectivas. (Acosta, 1998) En aquél, las
universidades crecieron en varios casos (México, Argentina, Colombia) por la
vía de la demanda, mientras que en otras (Chile en la época dictatorial,
Brasil en la transición autoritarismo-democracia), bajo la conducción de
políticas gubernamentales explícitas. Dentro del paradigma modernizador, en la
época de las reformas neoliberales en la economía y el comercio, el Estado
adquiere paradójicamente, una centralidad indiscutible en las reformas de las
políticas de educación superior, impulsando cambios en las fórmulas del
financiamiento público, en los procesos de diferenciación de individuos e
instituciones, y en la apertura de nuevas opciones públicas y privadas de
estudios superiores.
Conclusiones: dos desafíos
En suma, los desafíos de la educación superior en la
dinámica de la globalización en América Latina son, por supuesto, complejos y
difíciles de interpretar. De un lado, ante la sobrecarga de demandas y
expectativas de los gobiernos y las sociedades, y en un contexto de escasez de
recursos y políticas débiles o cambiantes, a las instituciones públicas de
educación superior se les exige responder con pertinencia, calidad y equidad.
Por otro lado, ante la lógica perversa de inercias, simulaciones y rutinas
burocráticas que caracterizan grandes zonas de los ambientes institucionales
universitarios, tienen que producir, en contextos de libertad académica y uso
escrupuloso de los recursos públicos, profesionistas, técnicos y científicos,
estudios e investigaciones, que permitan el fortalecimiento de las capacidades
locales para entender los misterios y desafíos de una globalización que es, al
parecer , irreversible. Ello es parte de un largo proceso de aprendizaje social
que debería empezar, en primerísimo lugar, en esas ciudades del intelecto que
son, o representan, las propias universidades.
Un elemento significativo para el
movimiento estudiantil universitario en Latinoamérica durante casi todo el
siglo anterior y que cobra plena vigencia en nuestros días constituye la REFORMA UNIVERSITARIA.
A partir de 1918, con el ejemplo de lo
sucedido en Córdoba - Argentina, que se erige como la Primera Gran Reforma de la Universidad Pública,
se proclaman postulados como el cogobierno de los distintos sectores que
conforman el Alma Mater, la gratuidad de la enseñanza, la autonomía, el
laicismo; etc.
Pero sin lugar a
dudas, permanentes han sido las arremetidas políticas, ideológicas y hasta
económicas por parte de las clases dominantes a través de sus partidos
políticos, de los gobiernos entreguistas y de ciertos "intelectuales"
que actúan como agentes del imperialismo, fundamentalmente norteamericano. Esa
acción se ha ejecutado en los últimos tiempos a través del, modelo neoliberal.
Plantean como lo han repetido los
organismos crediticios internacionales como el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y últimamente la Organización Mundial
de Comercio FMI y la OMC
transformar la educación superior en una mercancía, por lo que se eliminaría
su carácter de derecho de los hombres y mujeres jóvenes que aspiramos a
educarnos.
El neoliberalismo levanta un proyecto de
"reforma" que es diferente al que el movimiento estudiantil y los sectores
democráticos universitarios planteamos para el debate en las distintas casas
de estudios y la sociedad en general.
El proyecto de "reforma" o
modernización del imperialismo norteamericano, de los organismos
internacionales y las clases dominantes de nuestro país se resume en los
siguientes señalamientos:
1. Suprimir la autonomía de los Centros de
Educación Superior, porque ella constituye una traba significativa para poner a
la Universidad
al servicio de sus intereses mezquinos puesto que la investigación, ciencia y
tecnología y hasta los propios pénsums de estudios
serían diseñados por las Cámaras de la Producción y las agencias internacionales en
función de los requerimientos del mercado.
2. Asfixiar económicamente a las Universidades
a través de dos vías: la primera, reduciendo periódicamente el presupuesto que
se asigna por parte del Estado a la Educación Superior
(incluso eliminan las preasignaciones que la Constitución
establece) y la segunda, reteniendo las escasas rentas que pertenecen a la Universidad, pues dan
prioridad a la cancelación de "otros compromisos", excepto del sector
social.
3. Elevar el costo de la educación con altas
matrículas, fondos administrados, tasas, aranceles, cursos, carreras y
especializaciones autofinanciadas tanto en pre-grado
como post grado.
4. Proliferación y fortalecimiento de las
universidades particulares con el objeto de quitarles peso específico a los
centros de estudios superiores públicos. En la actualidad el Sistema Nacional
de Educación Superior cuenta con 25 Universidades y Escuelas Politécnicas
públicas mientras que son las universidades
tanto autofinanciadas como cofinanciadas privadas.
5. Eliminar el Libre Ingreso a las aulas
universitarias, porque según los neoliberales la masificación de la universidad
pública determina su precarización en materia de
calidad y excelencia académica; por esta razón, pretenden instaurar un sistema
nacional de ingreso (según la Ley
de Educación Superior) con el propósito de establecer mecanismos "para
escoger a los más aptos" y reinstaurar el examen de ingreso, que
constituye una discriminación y eliminación de los estudiantes pobres,
mientras tanto en las universidades particulares no se determina ningún
parámetro para el ingreso en ninguna de sus carreras que no sea el dinero.
6. Aplicar la Ley de Educación Superior con distorsiones como
la eliminación de las conquistas estudiantiles y de los otros sectores
universitarios, suprimir la libertad de pensamiento, expresión y de
organización, desarticular los gremios universitarios, establecer conceptos
cientificistas, tecnocráticos, profesionalizantes
que borran el papel humano de la educación; esto último lo ejecutan a través de
los postulados del postmodernismo y el constructivismo (corriente ideológica al
servicio del neoliberalismo, aplicada en la educación).
7. Convertir a los centros de educación
superior en instrumentos de investigación al servicio de los grandes
empresarios y de las transnacionales extranjeras, alimentando de esta forma
los intereses de las clases dominantes y del imperialismo norteamericano.
8. Acondicionar los planes de estudio con los
requerimientos del mercado globalizado, con el objeto de capacitar mano de obra
barata al servicio de los intereses de los empresarios e industriales
privados.
9. Introducir el criterio de evaluación y
acreditación "externa" de las carreras y de las propias
universidades, lo que quiere decir que una empresa privada
"independiente" del quehacer universitario califique a los centros de
educación superior bajo los criterios de los organismos internacionales, lo
que niega la autonomía como razón de ser de la universidad.
10. Presentar como salida a la deserción
estudiantil de las aulas universitarias las carreras técnicas y tecnológicas,
lo que no garantiza una educación de verdadera calidad.
11. Eliminar las llamadas carreras "cuestionables"
fundamentalmente las ciencias sociales y humanas y reemplazarlas por aquellas
que se subordinan a los contenidos de la internacionalización del mercado y de
la educación.
Estos puntos constituyen las principales
imposiciones que el neoliberalismo pretende implantar en las universidades.
Esta concepción niega y es contraria
incluso con la concepción que los estudiantes tenemos de la universidad, pues
consideramos que esta es una institución que forma parte de la superestructura
de la sociedad que tiene cierto grado de "autonomía" (relativa) con
respecto a la base económica, es decir con respecto a las leyes que rigen el
mercado; pero sin lugar a dudas ese margen de autonomía permite que en medio de
una acentuada lucha de clases, las fuerzas democráticas, progresistas, de
avanzada, nos planteemos a través de la Reforma Universitaria
la posibilidad cierta de caracterizar y hasta de definir a los Centros de
Educación Superior como instituciones realmente democráticas, altamente
científicas y humanas, al servicio de los sectores populares de nuestro
Ecuador.
La propuesta de reforma que presentamos
incorpora los siguientes elementos que los presentamos para el más amplio y
fructífero debate:
1.Fortalecimiento y defensa de la autonomía
de las Universidades tanto académica como administrativa; rechazo a la
pretendida "autonomía financiera" pues ella significa la privatización
de nuestros centros de estudios. La autonomía que los estudiantes levantamos
exige la inviolabilidad de los predios del Alma Mater y la direccionalidad
legítima y única que los distintos actores y sectores de la comunidad
universitaria podamos concretar.
2. Establecer la independencia de la Universidad frente a
los sectores empresariales y gubernamentales que actualmente, bajo los
designios del imperialismo norteamericano, del BM, FMI Y la OMC, pretenden someter a la
universidad a las nuevas condiciones de la globalización y del capital
financiero internacional.
3. Proclamar el derecho irrenunciable de la
juventud a una educación universitaria científica, de calidad, impartida por
instituciones de carácter fiscal y laico; reafirmar la responsabilidad única
que el Estado tiene con la educación y la universidad, lo que significa romper
el carácter mercantil que los gobiernos de turno, las clases dominantes, el
imperialismo norteamericano y los organismos internacionales pretenden imprimir
a nuestros centros de estudios.
4. Exigir el inmediato cumplimiento de las
deudas que el Estado tiene con la Universidad, al tiempo que nos oponemos a las
elevaciones de aranceles y contribuciones estudiantiles, presentadas como
políticas de autofinanciación. Buscar el incremento de nuestro presupuesto a
través de alternativas como la reforma del Fondo Petrolero FEIREP (que en este
momento se destina mayoritariamente al pago de la deuda externa), la
promulgación de una Ley de Compensación a las Universidades, que sumado al
irrestricto respeto al FOPEDEUPO, cumpla con la obligación del Estado de
aumentar sistemáticamente las rentas universitarias.
5. Cumplimiento e incremento del porcentaje
presupuestario que el Estado debe asignar a las universidades por concepto de
investigación, ciencia y tecnología; pues ellas significan herramientas para
el progreso material del país. Exigencia no sólo del 1 % del PGE que según la LES el Estado ecuatoriano debe
asignar a las universidades, sino del 1 % del PIB que según la UNESO recomienda entregar a
los Centros de Educación Superior y sobre cuya resolución el estado ecuatoriano
es firmante en la
Conferencia Internacional de Educación Superior, realizada en
Francia.
6. Garantizar el derecho de los jóvenes, la
educación superior, a través de legitimar el Libre Ingreso como política
universitaria, para lo cual planteamos el establecimiento del Año Básico como
elemento fundamental del Sistema Nacional de Admisión y Nivelación. Las mismas
universidades deben garantizar la oferta en la diversificación de carreras y
especialidades para el estudiantado universitario.
7. Exigir la inmediata reforma democrática de
la Ley de
Educación Superior en donde se definan aspectos vitales como el cogobierno en
las Universidades y en sus propios estamentos de dirección (CONESUP, AUE,
ASUEPPE, CONEA, etc.), capaz que reglamenten la participación en no menos de un
50% del sector estudiantil en los organismos universitarios, además garantizar
la participación de los sectores de empleados, trabajadores y docentes como
legítimos sujetos dinámicos del Alma Mater. Esa reforma debe reconocer el papel
que los componentes de la Universidad Pública han brindado al país, por lo
que es necesario defender y ampliar su participación en organismos como el
CONESUP, la
Asamblea Universitaria, el Consejo Nacional de Acreditación y
Evaluación, etc.
8. Respeto a la libertad de pensamiento, de
cátedra y de organización de los sectores universitarios, entendiendo que la
universidad es el espacio donde las distintas corrientes, escuelas filosóficas
y políticas, se expresan.
9. Dinamizar a los centros de educación
superior como auténticos instrumentos de investigación, ciencia y tecnología
al servicio del desarrollo del país, del fortalecimiento del aparato
productivo nacional.
10. Definir los planes de estudio de tal
manera que junto a la investigación y la ciencia aporten a la producción del
conocimiento para construir un proyecto nacional de desarrollo que deslegitime
los intereses neocoloniales como el ALCA y el TLC.
11. Establecer el criterio de que son las
propias universidades en ejercicio de su autonomía quienes se evalúan y
acreditan, para ese cometido deben permanentemente rendir cuentas a la
comunidad que es quien valora el papel que estas cumplen, ya que son los
sectores de la sociedad quienes ayudan a financiar a través de sus impuestos la
enseñanza en las Universidades.
12. Promover la participación dinámica de la mujer en las
Universidades Públicas, además implementar políticas de equidad de género que
reconozcan tanto a hombres como mujeres como sujetos fundamentales en el
desarrollo del país.
13. Implementar programas nacionales, regionales e institucionales
de capacitación docente de tal manera que las Universidades y sus actores se
conviertan en impulsores del desarrollo nacional.
14. Atender prioritariamente al bienestar estudiantil, porque
invertir en este concepto determina frutos alentadores para la calidad de la
educación y para el desarrollo propio del país.
Nuestra propuesta de reforma se erige sobre
las necesidades y exigencias de los sectores populares, se compromete con el
Ecuador y la Universidad
de hoy y de mañana, con su desarrollo y el bienestar de las actuales y futuras
generaciones.
LA EXTENSION UNIVERSITARIA: “VAMOS
A CAMBIAR EL ECUADOR”
Un capítulo aparte dentro de la Reforma Universitaria
caracterizada como democrática, altamente científica y humana y al servicio de
los sectores populares de nuestro Ecuador se merece la extensión universitaria
que nace históricamente a partir de la denominada Democratización de la Educación Superior que a su
vez cimenta sus inicios en la LUCHA
POR EL LIBRE
INGRESO.
Es así que la extensión irrumpe en la
universidad cuando ingentes cantidades de hombres y mujeres jóvenes de las
barriadas y de los campos de nuestro país logran estudiar en las Universidades,
lo que posibilitó un debate sobre la necesidad de vincular a los Centros de
Educación Superior como entes activos en la resolución de los problemas de la
sociedad.
Hoy el reto que el país le hace a la Universidad Pública
y concretamente a las y los estudiantes universitarios es mayor, justamente
cuando se pone en debate el tema de la posible mercantilización de los Centros
de Educación Superior es cuando los neoliberales desprestigian nuestro accionar
afirmando: -lila inutilidad de subsidiar la educación de miles de personas a
cambio que el Estado reciba ese peso significativo en lo que corresponde a
gasto"-. Es preciso que desvirtuemos ese discurso levantando nuestra voz
y accionar para afirmar que ¡sí es posible cambiar nuestro Ecuador! y que los
universitarios podemos jugar un papel protagónico, a través de la extensión
universitaria, en esa transformación.
Nuestra extensión no es la misma que la del
neoliberalismo, la OMC
y la Embajada
Norteamericana; pues ellos han desfigurado la concepción inicial
al interpretar que la
Universidad se vincularía con la sociedad cuando preste sus
servicios extrañamente a los sectores de los grandes empresarios e
industriales, pues entienden que en ellos descansa el título de "sociedad
civil".
La verdadera extensión es tratar permanente
como la
Universidad Pública Ecuatoriana se vincula con los distintos
sectores tanto públicos como privados, pero priorizando su relación de
compromiso con aquellas franjas de desposeídos de los sectores populares.
La extensión universitaria que planteamos
se pertrecha con la formación académica y profesional de I@s
estudiantes, es un proceso que sensibiliza a los extensionistas
con la problemática social por lo que no debe ser una práctica forzada, sino
consciente y necesaria para que la U
haga carne en la sociedad.
Nuestra propuesta de extensión incorpora
elementos como:
-Creación de cooperativas mixtas de
producción en el campo, en la artesanía, en la minería, en la pesca, en el
pequeño comercio; etc. con financiamiento del Estado y asistencia técnica de
las Universidades. .
-Campaña nacional de alfabetización para
reducir los altos índices de analfabetismo tanto de niñ@s,
jóvenes y adult@s.
-Programa Nacional de Reforestación de los
campos de nuestro Ecuador y que garantice la explotación racional, equitativa y
ecológica de los recursos forestales.
-Esta vinculación se ha de producir a través
de diferentes medios que signifiquen para los estudiantes parte de su formación
profesional y para la comunidad un servicio. Parte integrante de esta relación
debe considerarse la difusión cultural y artística de las Universidades.
-Vinculación con las organizaciones comunitarias
para que la Universidad
aporte con su contingente en la movilización de la colectividad para enfrentar
los problemas, necesidades y aspiraciones de la misma.
De este modo, la Extensión
Universitaria se constituye una de las tareas claves del
movimiento estudiantil, en el desarrollo de la Reforma Universitaria.
Los Estudiantes Universitarios
estamos comprometidos con la sociedad porque somos parte de ella, no podemos ni
debemos evadir la responsabilidad de educar, guiar y colaborar con los pueblos
del Ecuador.